Profesionales, gestores y pacientes han dejado claro en el simposio Cáncer Sin Bulos que debe mejorar la información y la comunicación, y que la responsabilidad es de todos los agentes del sistema sanitario. Los bulos y pseudoterapias en cáncer no están muy extendidos, pero suponen un problema creciente y peligroso.

 

 

 

“Un bulo tiene intención propagandística. Vivimos en una sociedad ignorante con líderes de opinión que están muy lejos de los que deberíamos tener. Los bulos sobre salud son un tema social, global, que no sólo afecta a la medicina y la oncología. Todos tenemos parte de culpa y responsabilidad. La Administración debe perseguir ciertas actividades”.

Con estas palabras, acompañadas de muchas otras, Pedro Pérez Segura, jefe del Servicio de Oncología Médica del hospital Clínico San Carlos, ha introducido la jornada #CáncerSinBulos, organizada por la iniciativa Salud Sin Bulos de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES). Profesionales sanitarios, pacientes y gestores han hablado sobre los bulos en salud (también sobre pseudoterapias) y han coincidido en que se trata de un problema creciente y cada vez más preocupante, que afecta al paciente, al día a día asistencial y al todo el sistema sanitario.

Bárbara Fernández, subgerente del Clínico; Julio Zarco, director del Área de Personalización de la Asistencia del hospital, y Diego Sanjuanbenito, viceconsejero de Humanización de la Comunidad de Madrid, han inaugurado el simposio, que ha tenido lugar este miércoles en el primer hospital público con un comité de pacientes con voz y voto en la estructura y organización del centro.

Recopilación de bulos: ¿cuáles son los más conocidos?

Bulos sobre salud siempre ha habido, pero ahora hay más y se difunden más rápido, con protagonismo de las redes sociales multiplicando su influencia y calando mucho más en el comportamiento del paciente. La iniciativa Salud Sin Bulos ha recopilado algunos de los más llamativos y repetidos: el zumo de limón previene el cáncer; los sujetadores provocan cáncer de mama; las mamografías producen cáncer de tiroides; calentar en recipientes plásticos produce cáncer; una cucharada diaria de aceite de oliva evita el cáncer… Por supuesto, como buenos bulos, todos falsos.

Simposio #CáncerSinBulos
Vicente Guillem (oncólogo y presidente de la Fundación ECO); Guillermo de Velasco (oncólogo y miembro de la SEOM); María Herrera (ginecóloga del Clínico San Carlos); José Ángel García (oncólogo y miembro de Geicam), y Raúl Córdoba (hematólogo y miembro de la SEHH)

Zarco asume que parte del problema puede estar en la propia profesión. Ha recordado que, hace 25 años, el Premio Nobel Kari Mullis, descubridor de la PCR, dijo en un congreso internacional de médicos que el sida no era una enfermedad infecciosa.Su caso es bastante excepcional, pero es bien sabido que hay profesionales sanitarios que dan pábulo, si no a bulos, sí a pseudoterapias que “permiten lucrarse causando daño y aprovechando el dolor y la incertidumbre”.

A su juicio, las universidades y comisiones deontológicas de los colegios profesionales deben ser más estrictos: “No puede ser que algunos aún promocionen cursos y formación en pseudoterapias”. La “correcta prescripción de Internet” y una mejor comunicación médico-paciente son fundamentales, en su opinión.

“Las universidades y colegios profesionales deben ser más

estrictos con las pseudoterapias”

Sanjuanbenito ha recordado que los bulos y muchas pseudoterapias se basan en respuestas y soluciones fáciles a problemas complejos: “Contra lo que muchas veces se dice, los problemas difíciles no requieren soluciones fáciles; de hecho, las soluciones suelen ser complejas“.

En su intervención, Pérez Segura ha definido la relación entre bulos y cáncer “como unas amistades peligrosas”, y ha hecho autocrítica: “También los médicos somos culpables de no tener conocimiento de las falsas terapias, de muchas sustancias por las que nos preguntan los pacientes”. Y ha apuntado hacia la justicia y las administraciones públicas: “Deben actuar. No hay repercusiones legales para alguien que diga que una sustancia cura el cáncer aunque sea mentira. Hay que buscar formas para que la Administración tenga más control”.

Bulos, profesionales e influencia asistencial

De hecho, la labor del profesional sanitario ante las pseudoterapias ha tenido su propia mesa redonda en el simposio. El moderador, el oncólogo Vicente Guillem, ha reconocido que los bulos “son algo que nos encontramos en la consulta casi a diario; son más frecuentes de lo que parecen”. Es más, ha añadido: “A veces los pacientes no lo cuentan en consulta, pero, cuando ganas confianza con ellos, ves que las pseudoterapias tienen mucha más presencia de la que parece”.

¿Qué influencia tienen los bulos y las pseudoterapias en el abandono terapéutico? “Es muy difícil de cuantificar, igual que lo es saber el efecto que esto puede tener en supervivencia. Quizá en toda mi carrera no haya visto más de 20 casos de abandono de terapias por pseudociencias, pero si sumas otros 20, otros 20…al final el porcentaje puede ser mayor que el que esperamos”.

Los bulos son de todo tipo. José Ángel García, oncólogo en el Clínico y miemmbro del grupo Geicam Geicam, habla de los ligados a suplementos nutricionales, a tintes de pelo, al hecho de resurarse las axilas, evitar la leche, el tinte de pelo, a conspiranoias sobre la supuesta intención de industria y médicos de no curar enfermedades…”. Raúl Córdoba, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, añade “bulos sobre superalimentos, hongos, levaduras, probióticos…”.

María Herrera, ginecóloga y coordinadora de la Unidad de Patología Mamaria en el Instituto de la Mujer del Clínico, ha citado bulos ligados a la propia medicina, apuntando la necesidad de no olvidar, cuando se combaten las pseudoterapias, que los usos erróneos de la medicina también son dañinos: “Hay una gran demanda de mamografías, y no siempre están indicadas ni reportan beneficio. Igual pasa con biopsias, controles anuales…”. Igual que hay pacientes que buscan soluciones en pseudoterapias, los hay que quieren que la medicina lo solucione todo, algo que, si no se evta desde el ámbito profesional, puede derivar en medicina de más (pruebas innecesarias, terapias excesivas…).

Guillermo de Velasco, secretario cientíico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), centra el tiro y propone una solución, en principio, asumible en el día a día: “El elemento central para combatir el bulo desde la consulta es la comunicación médico-paciente. No sólo esto, también la educación social”.

Diario Médico