La Dra. Sara García, psicooncóloga de Kālida Sant Pau, nos da algunas pautas

Celebrar una Navidad a medida, la mejor opción para las personas con cáncer

  • La Navidad es un periodo en el que se comparten momentos muy especiales. Sin embargo, cuando nuestro estado de salud no es el deseado puede suponer un foco de estrés por temor a no cumplir las expectativas que marca el ritual para estas fechas.
  • El cáncer y sus tratamientos no cesan en Navidad y es importante tenerlo en cuenta para poder actuar en consecuencia. Planificar los días festivos en función de cómo te encuentras tú y no al revés, puede ser un buen punto de partida.

El cáncer y su tratamiento no implica solo una alteración corporal, también causa cambios emocionales. La incapacidad para realizar actividades que antes se hacían sin pensar genera frustración y rabia; no encontrarse bien empuja al aislamiento social y un sinfín de cambios y limitaciones físicas obligan a diseñar una nueva rutina.

Cuando en esas circunstancias llega una celebración como la Navidad, quizá pueda parecer obligatorio minimizar la enfermedad, el malestar o la preocupación y actuar “como si nada pasara”, pero es evidente que algo pasa y es importante tomar conciencia.

“Preguntar a la persona con cáncer qué necesita y planificar los días festivos en base a cómo se encuentra, es un cambio de perspectiva muy recomendable para afrontar estas fechas”, explica la Dra. Sara García, psicooncóloga del Centro Kālida Sant Pau, quien nos ofrece una serie de sugerencias que darán pistas tanto al enfermo como a su entorno más cercano.

Prepararse para las fiestas

Es importante anticipar determinadas situaciones para poder adaptarlas a la nueva realidad y favorecer así la sensación de equilibrio y serenidad. Estas son algunas indicaciones que la psicooncóloga recomienda a los pacientes:

Establecer expectativas alcanzables

Empieza por confeccionar una lista en la que describir qué quieres hacer y a quién quieres ver durante las fiestas. No olvides que siempre puedes cambiar de opinión.

Ser realista con tus limitaciones actuales, sobre todo si debes realizar tratamiento durante la Navidad, es básico.

Es aconsejable compartir tareas. Si habitualmente eres la persona responsable de una comida señalada y no te encuentras bien, solicita a otro miembro que se encargue de hacerlo.

Expresar necesidades y emociones

Si te sientes triste o tienes dificultades para gestionar tus emociones en estas fechas señaladas, compartirlo con tu familia puede ser liberador.

Recuerda que no tienes la obligación de realizar ninguna actividad si no estás bien. Practicar la asertividad y compartir con tu entorno aquello que quieres o no hacer puede ser de ayuda para ti y para los que te rodean.

Ser amable con uno mismo

Es necesario tener presente que las celebraciones no tienen por qué ser perfectas, date permiso para vivir estos días de la mejor manera que puedas.

Reposar, tómate tiempo para realizar actividades que te ayuden a sentirte bien.

Observa tus emociones sin cuestionarte por ello. Los cambios de humor y la sensación de vivir en una “montaña rusa emocional” son habituales cuando tienes cáncer y en estas fechas todavía más.

Planificar actividades sencillas

El cansancio es uno de los efectos secundarios más habitual durante los tratamientos, por lo que conviene evitar un número elevado de visitas o viajes largos en  transporte.

Informa a quienes te acompañan de tu necesidad de realizar pequeños descansos a lo largo del día. Si estás fuera de casa y consideras que quieres volver antes de lo establecido, comunícalo a los demás sin sentirte culpable.

El entorno cercano: cómo actuar

A cuidadores, familiares y amigos, también se les presenta una situación nueva que les puede generar dudas sobre cómo actuar ante las celebraciones.

 ara el cuidador/a principal, estos días suponen un reto difícil de afrontar ya que implican preocupaciones añadidas a una situación de por sí adversa. Para mantener un buen estado físico y anímico es imprescindible que no asuma más de lo que puede hacer. En opinión, de Sara García, el cuidador también debe cuidarse “es beneficioso aprender a decir `no´ cuando surge una propuesta o solicitud que implica sumar nuevos roles con una carga extra”, afirma.

Probablemente, el nivel de cansancio y el sueño sean superiores a lo habitual, por lo tanto, conviene que el cuidador no se sobrecargue con actividades que le resten energía. Lo importante es estar juntos, disfrutar y aprovechar cualquier ocasión para compartirla con la persona querida.

Quienes van a pasar las Navidades al lado de personas que siguen un proceso oncológico, deben actuar con naturalidad, “Debemos pensar que cada persona es única y el modo en que afronta el cáncer, también. Preguntarle qué necesita, nos dará claves. Ofrezcámosle nuestro apoyo y nuestra compañía, que valorará más que cualquier regalo. Y, sobre todo, respetemos sus tiempos de descanso, aunque implique cambios en la logística de las celebraciones”, comenta.

Quizá esta Navidad sea distinta a todas… pero también puede ser inolvidable.