La incidencia en el momento de diagnosticarse el tumor se sitúa entre el 15 y el 20 por ciento

Modelo integral para tratar la desnutrición en pacientes oncológicos

La adopción de dicho algoritmo reducirá la variabilidad que actualmente existe en la práctica clínica de los distintos centros.
La máxima expresión de la desnutrición en los pacientes oncológicos es la caquexia cancerosa, siempre vinculada a un pronóstico desfavorable. Dado su carácter evolutivo se recomienda detectar y actuar precozmente en aquellos pacientes con riesgo nutricional. Advierten de ello investigadores españoles han realizado un estudio cuyo objetivo es «definir un algoritmo de actuación para el abordaje nutricional de pacientes con tumores sólidos«.

La investigación, publicada en la Revista de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, aplica la técnica de grupo nominal,  formado por cinco especialistas en Farmacia Hospitalaria, una nutricionista y una oncóloga que establecieron una «priorización de temas relacionados con el estado nutricional y su abordaje en pacientes con tumores sólidos».

El algoritmo contempla la intervención nutricional en las fases iniciales de la enfermedad, antes de la aparición de la caquexia refractaria, «para reducir la prevalencia de desnutrición en este grupo de pacientes». Asimismo, diferencia a dos grupos de pacientes según la localización del tumor y su impacto en el estado nutricional: los tumores de alto riesgo, grupo 1, que incluyen cánceres de cabeza y cuello, del tracto digestivo superior y colorrectal; y los tumores de bajo riesgo que engloban el resto de neoplasias y se enmarcan en el grupo 2.

Los pacientes del grupo 1 (a excepción de aquellos con cáncer colorrectal) son directamente valorados nutricionalmente en los primeros 3-5 días tras su presentación en el comité de tumores, iniciando el soporte nutricional requerido en ese momento. «Los pacientes del grupo 2 y los diagnosticados de cáncer colorrectal son cribados (mediante Nutriscore) tras su presentación en el comité, derivándose a consulta nutricional a aquellos con riesgo positivo para realizar una evaluación completa y proponer opciones de tratamiento, y reevaluándose periódicamente los pacientes sin riesgo nutricional», añaden los autores.  El seguimiento se planifica según la terapia oncológica, «con una monitorización continua en cada ciclo de tratamiento o durante el periodo perioperatorio».

A partir de la técnica de grupo nominal, destacan los investigadores, «se alcanzaron acuerdos para proponer un algoritmo de abordaje nutricional precoz del paciente con cáncer«. La adopción del algoritmo propuesto «podría reducir la variabilidad en la práctica clínica institucional, promoviendo un enfoque nutricional oportuno y adecuado en pacientes con cáncer», se felicitan.

La desnutrición, un problema para los pacientes oncológicos

La incidencia de desnutrición en el momento de diagnosticarse el tumor se sitúa entre el 15 y el 20 por ciento, incrementándose según progresa la enfermedad. De este modo, «hasta un 80 por ciento de los pacientes que hayan alcanzado los estadios más avanzados de la enfermedad podrían sufrir de desnutrición», destacan los autores del estudio.  Además, la tasa de desnutrición es más elevada en pacientes con tumores de cabeza y cuello y del aparato digestivo y más del 50 por ciento de los pacientes en España presenta desnutrición de moderada a grave

En la técnica de grupo nominal aplicada al estudio, cada integrante del grupo debía escribir de forma individual las ideas que le fueran surgiendo a partir de una serie de preguntas formuladas por la coordinadora. A continuación, cada integrante debía presentar de forma exhaustiva las ideas que le habían surgido. «Las ideas y propuestas se numeraban y se escribían en un panel, tras lo cual se generaba un debate, debiendo el integrante que hubiese planteado cada una formular argumentos para defenderla. El siguiente paso era una votación preliminar: cada integrante del grupo debía seleccionar nueve ideas«, detallan los autores.

La herramienta de cribado Nutriscore, afirma el documento, «es capaz de detectar el riesgo de desnutrición con mayor especificidad que otras herramientas utilizadas en pacientes oncológicos, tomando en consideración el impacto nutricional del tratamiento recibido, así como la localización de la neoplasia». Además, advierte que «las intervenciones nutricionales a menudo no se acompañan de las reevaluaciones requeridas para detectar posibles tratamientos ineficaces, problemas de tolerancia o incluso situaciones de mala adherencia al tratamiento, por lo que suelen resultar ineficaces».

Es necesario testar el funcionamiento del algoritmo

«Un seguimiento estricto permite al paciente y al equipo médico obtener información periódica sobre el estado nutricional del paciente, un aspecto fundamental en cualquier modelo de apoyo nutricional dirigido a esta población», concluyen los autores, que señalan como una de las principales limitaciones de este estudio la «falta de validación». «Sería deseable testar el funcionamiento del algoritmo en un caso real antes de extender su uso de manera generalizada», añaden.

No obstante, la dinámica de grupo nominal «permitió al grupo multidisciplinar alcanzar un acuerdo para proponer un algoritmo de apoyo nutricional para pacientes oncológicos. La adopción de dicho algoritmo reducirá la variabilidad que actualmente existe en la práctica clínica de los distintos centros y facilitará una utilización más generalizada de criterios comunes para abordar los problemas nutricionales de estos pacientes», asguran.